Todo empezó en 1994, año del desembarque de Tecnocasa en España.
Un grupo de jóvenes emprendedores decidió coger las maletas y, con éstas llenas de ilusión y motivación y un Método Operativo único, venir a conquistar un nuevo territorio. Siempre contaron con el apoyo de la marca madre, que en Italia ya tenía un importante número de oficinas, una estructura fuerte y sólida, y un prestigio que crecía año tras año.
LA PRIMERA OFICINA TECNOCASA SE ABRE EN BARCELONA
La primera oficina Tecnocasa en nuestro país se abrió en Barcelona, donde también se instaló la Sede nacional de nuestro grupo. Ese mismo año, abrimos oficinas en las ciudades de Madrid, Valencia, Málaga y Bilbao, y acabamos el año con 19 puntos de venta y 82 inmuebles intermediados.
Un año más tarde, en 1995, se une Kìron, y con ello nos convertimos en un grupo inmobiliario y financiero. Un grupo que hoy es el grupo líder en nuestro país. La fundación de Kìron responde a la voluntad de crear una marca complementaria a la red inmobiliaria con el objetivo de ofrecer a todos los clientes un servicio global que responda de manera interna y conjunta a sus necesidades inmobiliarias y de financiación.
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LAS PALABRAS DE NUESTRO PRESIDENTE, VITTORIO ROSSI
En 2008, Vittorio Rossi fue nombrado presidente de nuestro grupo. Sin embargo, su trayectoria en la marca empezó mucho antes, pues fue uno de los emprendedores que dejó su Italia natal para empezar una nueva aventura profesional en España.
‘Quiero echar la vista atrás y explicaros la realidad de nuestro grupo hace 30 años.
España estaba saliendo de una importante crisis económica. En aquella época, el sector inmobiliario y financiero eran totalmente diferentes. No había oficinas a pie de calle, las inmobiliarias estaban en pisos, los anuncios se publicaban en las páginas de clasificados de los periódicos con más tiraje, el 80% de las compraventas era entre particulares, los precios de los inmuebles eran bajos, los tipos de interés, muy altos…’.
‘Hoy en día vemos inconcebible que haya oficinas inmobiliarias en pisos, pero entonces era la única realidad. En la década de los 90 aparecieron las revistas inmobiliarias propias, el marketing inmobiliario… Más tarde Internet y las nuevas tecnologías…
Puedo afirmar que nosotros profesionalizamos el sector e hicimos de la gestión inmobiliaria una profesión, con lo que poco a poco las compraventas entre particulares fueron disminuyendo, al tiempo que crecían las inmobiliarias que copiaban nuestra forma de trabajar’.